martes, 29 de junio de 2010

La búsqueda de una autoestima positiva




Si bien, podemos encontrar fácilmente el concepto de autoestima en diversos textos, este mes marcando la diferencia les presento el Libro “Hijos con Autoestima Positiva”, escrito por Neva Milicic y Soledad López de Lérida
El cual como una “brújula” contribuye a la búsqueda concreta sobre como desarrollarla.

Dentro de los nueve capítulos que componen el texto, específicamente he destacado dos subtemas, estos contienen datos prácticos y novedosos destinados no tan solo a las familias si no que también al trabajo que ejercimos a diarios Educadoras y Educadores.

1) Etapas del desarrollo de la Autoestima, nos señalan dos estudios en relación al tema de la autoestima desde el punto de vista de lo evolutivo y centradas en que la autoestima no es tan solo una evaluación de si mismo si no que forma parte del autoconcepto(construcción mental que tiene el ser humano de si mismo)

De esta manera el primer estudio nos presenta al autor Gretchen (1998) quien señala dos grupos de edades y sus características en relación al tema:

Grupo 1: Periodo Sensorio-motor (0 a 2 años)
Durante este periodo el niño y la niña se encuentran pasando de un estado de indiferenciacion a la diferenciación del YO y el no YO; entre si mismo y la realidad. De este modo el niño y la niña se preparan para ser más independiente gracias al conocimiento de si mismo.

Grupo 2: Estadio Preoperacional (2 a 6 años)
El niño y la niña en esta etapa son capaces de percibirse como un objeto parte del mundo, de esta manera adquiere un conocimiento de si mismo no tan solo basado en la acción si no que también en las representaciones o imágenes mentales (a través del pensamiento) preferentemente una imagen física.

Por otro lado las autoras presentan a Damon y Hart (1982)
En donde ambos autores señalan que este desarrollo va desde una visión física a una visión psicológica.

Además señalan que durante los inicios de la vida escolar, los niños y las niñas se ven muy afectados por las aprobaciones y los rechazos de los otros especialmente los de sus pares, por lo tanto sugieren que para favorecer la integración es necesario tener mucho cuidado con NO CRTICAR ya que sentirse ridículo frente a sus pares es percibido en los niños y las niñas como “La muerte social”.

2) Comunicación y autoestima: Entender que la comunicación es expresar y recibir (escuchar u observar) el mensaje y no tan solo hablar es como llegamos a favorecer la autoestima de los más pequeños (Antoniijevic et al 1993).

Por lo tanto una buena comunicación se da cuando los adultos aprendemos a entender lo que piensan, sientes y necesitan nuestros niños y niñas, llevando eso a la práctica seria como “leer” su cara, cuerpo y acciones.

Si bien esta situación se debe dar entre todos adultos y niños/as, el tema toma más relevancia entendiendo el grado emocional que los niños y las niñas son capaces de internalizar el hecho de no ser escuchado que para ellos es igual a no ser de IMPORTANCIA para el otro.

A continuación algunos consejos sobre cómo realizar a diario una “comunicación empática”:

• Tomar en cuenta de que muchas veces las emociones negativas en realidad son una emoción secundaria por ejemplo: cuando demuestran rabia en realidad pueden sentir pena.
• Sancionar una conducta problemática muchas veces es “tapar el sol con un dedo” por lo tanto la búsqueda de soluciones en común seria una mejor opción.
• Estar disponibles a escuchar, crea un vínculo de confianza entre emisor y receptor.
• El comportamiento de quien escucha, en medio de una conversación es sumamente relevante ya que el estar haciendo otras cosas mientras el emisor se expresa solo denota no tener interés. En cambio el contacto visual, gestos de aprobación o repetir lo que el niño y la niña dijo en otras palabras favorecen la autoestima, además de las preguntas “abre puertas” definidas en el texto como “preguntas o respuestas que no comunican ninguna idea, sentimiento o juicio del que escucha; pero que sin embargo invitan al niño/a a hablar” (Pág. 229) Ej: ¿cuéntame como lo pasaste? en vez de ¿Cómo te fue?

Finalmente luego de leer esta reseña podemos reflexionar y autoevaluar la siguiente interrogación:

Con nuestros niños y niñas ¿Hablamos o comunicamos?

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